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viernes, 26 de marzo de 2010

Mis lecturas infantiles (que también pueden ser las tuyas)


Entre los siete y once años,  me he pasado leyendo varios clásicos de la literatura infantil argentina y universal: Elsa Bornemann, Luis María Pescetti, Christine Nöstlinger, René Goscinny, Roal Dahl, Judith Kerr son algunos de los autores. Muchos los sacaba de la biblioteca de mi hermana, otros de la gran biblioteca del comedor y otros me los iban regalando o comprando.
  
El primero que leí de Elsa Bornemann, fue El niño envuelto, mi hermana me lo recomendó un día, pero enseguida dijo, "no, bueno, en realidad es para más grandes" y como ya había pasado otras veces, al escuchar esas palabras, obviamente, me dieron más ganas de leerlo, ¡jaja! Lo leí esa noche y al otro día me la pasaba escribiendo mensajes en clave con mis amigas: ¡Grecues Alse! 
Para mi cumple de nueve, me regalaron Socorro. ¡Qué buenas historias de terror! Las leíamos a la noche con mi amiga Dana, a veces a la luz de unas velas, para crear ambiente; nos encantaba y nos moríamos de miedo Incluso, una vez que se quedaron dos amigas a dormir, hicimos la experiencia del cuento "Manos", nunca supimos si nos acompañaron o no los fantasmitas, pero, ¡qué bien lo pasamos!
Mis primeros poemas de amor, los escribí después de haber leído El libro de los chicos enamorados, ¡me sabía los poemas de memoria! Y creo, que alguno he mandado en una cartita.
Y cómo olvidarme de Un elefante ocupa mucho espacio el libro de cuentos que de más grande supe que había sido prohibido durante la dictadura militar, y yo, con mis nueve años ni siquiera sabía el significado de las palabras CENSURA ó TERRORISMO DE ESTADO. 

El pulpo está crudo de Luis Pescetti, me lo compró mi padre una tarde que salimos del cine y nos metimos en una librería, cada uno tenía que elegir UN libro y se me complicaba, jaja. Entonces, por esa época, aprendí, por decirlo de alguna manera, a leer las contratapas. 
- ¡No sé cuál llevar!
- Fijate atrás de qué se trata, a ver cuál te gusta más. 
Bueno, esa tarde, elegí muy bien, porque esos cuentos me hicieron reír mucho y disfruté cada uno de ellos.

La escritora austriaca Christine Nöstlinger me permitió leer la correspondencia entre dos mejores amigos separados por la distancia en Querida Sussie, querido Paul (que me trajo mi madre una tarde, esa historia ya la he contado en otra oportunidad); me regaló el placer de conocer cosas tan divertidas y absurdas como un Rey Pepino y un Niño que salió de una lata, ¡jaja!, ¡sí, de una lata de conservas! Y gracias a ella, pude saber, en dos oportunidades, sobre Gretchen, una chica que sufría las angustias de la obesidad y de diversos problemas familiares y adolescentes.

Goscinny, además de ser el creador de la genialidad de Asterix, escribía las divertidas historias de El pequeño Nicolás en diferentes ámbitos: la escuela, el barrio, de vacaciones, con sus amigotes; En fin, en cada una de esas ocasiones me mataba de risa con sus personajes y ocurrencias, ¡encima ilustradas por el maravilloso Sempé!

De Roal Dahl, leí cosas tan maravillosas que posteriormente las llevaron al cine, como Las brujas, Matilda, Charlie y la fábrica de Chocolate, Charlie y el ascensor de cristal, pero les aseguro que las películas, por más bien hechas que están (como la de Charlie), no transmiten ni un poquito la sutileza y la picardía de los libros. 

Judith Kerr, me encantó y me trajo complicaciones. Yo ya tenía once años cuando leí Cuando Hitler robó el Conejo Rosa y su segunda parte, En la batalla de Inglaterra. Ahí comenzó una especie de obsesión por las historias de la segunda guerra mundial y del nazismo. Era algo que no podía comprender, no me entraba en la cabeza; me angustiaba y me fascinaba... Además, para peor, por esa época me enteré (o signifiqué) de que mi abuelo había venido a Argentina escapando de la guerra y que gran parte de su familia había muerto en Auschwitz. Y como mi abuelo no hablaba de eso, aunque se le podía leer la profunda tristeza en los ojos, leía libros e inventaba historias sobre el tema. 

  Sí, "literatura infantil", pero ¿cuán infantil?

Cada uno de éstos autores se tomaba a los CHICOS en serio. No es una cuestión de edad. No estoy tan de acuerdo con eso de categorizar los libros por edades, entiendo que es práctico; pero les pido a los "grandes" que lean ésta nota, que se tomen un tiempito para leer algún libro para chicos, alguno que hayan leído en su infancia o que nunca hayan leído. Más interesante aún, es leerlo con algún niño.
Me enorgullece decir, que aún hoy disfruto de esos libros, compartiéndolos con mi hermanita ó por mi cuenta.



Ésta nota está dedicada a Lola, pequeña lectora y artista que me encantaría conocer algún día.




12 comentarios:

Unknown dijo...

Muy linda la nota!!! El otro día no sé por qué me acordé de "Inambú busca novio". Seguro que lo compré porque me sentía identificada con el título!!! jaja
Y mientras buscaba ese título en la web, me acordé también de "Mientras voy creciendo".
No sé si habrán quedado en alguna de las bibliotecas tuyas o de mami.
Besos!
Betsy

SA! dijo...

Gracias BET!!
De Inambú no me acuerdo...
Pero "Mientras voy creciendo" lo tengo yo, de hecho, está tu nombre en la primer hoja, en lápiz y en cursiva!!
Me quedaron varios de esa colección que es TEJADOS ROJOS de Editorial Plus Ultra:
"Cuadernos de un delfín" (Bornemann)
"Cuentos casi reales" (Hebe Solves)
"Aventuras de dos muchachos que buscaban un papá" (Susana Martín)y
"El libro de las mil cosas" (Vicente Barbieri)

Nicolás dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
VIVI dijo...

Sa es fascinante este blog. Desde el principio, desde el día uno me atrapó por su naturalidad, su sinceridad. Por ese amor profundo que transmitis por la lectura, Y porque te mostras vos a través del encantamiento que los libros y las palabras ejercen sobre tu persona.
Con el tiempo este blog se va a transformar en un ...libro de consulta para todos aquellos padres, madres, abuelos, maestros, que quieren iniciar a sus "chicos" en la lectura y no encuentran la forma de seducirlos. Y para otros, que siempre pudieron gozar de esta pasion que es leer de alguna manera podrá autoreferenciarse. Y movilizará a los que empezaron desde chiquitiiiiiiiiiiitos como vos, y a otros adquirieron el placer más tardíamente
Simplemente es genial, genial, genial.Y tambien genial!!!

SA! dijo...

GRACIAS VI!!
Me gusta ésta forma de mostrarme, de expresarme; y más si genera todo eso que vos decís que siento que me queda muy grande...

Juan R dijo...

Muy lindo post Sabry.

Recuerdo con muuucho cariño "el niño envuelto"!!!

Aunque mis preferidos iban por otro lado, el dramón de Edmundo de Amicis "Corazón", hermosísimo libro aunque realmente muy, pero muy triste.
Este venía en las ediciones amarillas de la colección "Robin Hood", de las que recuerdo también "Principe y mendigo", "Moby Dick" y "Robinson Crusoe".

Además, la literatura de aventuras con la saga de Tom Sawyer y el amigo Huckelberry Finn. Es sorprendente el éxito de un libro que elogia la mentira y "avivada" infantil, el valor de los vicios y la vagancia. Imagino porque muchos padres no lo han leído...

En mi niñez nació también mi amor por la literatura sci fi, con las fantásticas historias, en ediciones de lomo rojo que me compraba mi mamá (si no me equivoco, de Billiken). Destruidas por lo usadas -no había presupuesto para comprar todos los libros 0km- pero inolvidables.

Eran épocas de cambiar libros con Lisandro, y empezar con las comparaciones y recomendaciones. Allí, creo, nació mi amor por recomendar y prestar libros, por compartir las historias que me emocionabay (y emocionan).

Felicitaciones por el espacio!!!

SA! dijo...

¡Cómo olvidarme de la clásica colección "Robin Hood"! En mi casa había algunos que habían leído mis hermanos, pero en la biblioteca de mi escuela primaria estaban todos (o casi todos) y con una amiga nos llevábamos uno cada una, y al otro día los intercambiábamos.
A parte de los maravillosos títulos de aventuras que nombraste, estaba la típica literatura "para niñas", como "Mujercitas", "Jane Eyre", "Una niña anticuada", etc., tristes, románticos y crueles, aunque nada más triste que "David Copperfield".

"Corazón" lo leí de la Colección Billiken que tenía mi hermana (y ahora lo tengo yo, je); es tal cual como vos decís, hermosísimo y triste.

¡¡Gracias, Juan!!

Anónimo dijo...

SA es muy lindo lo que escribis! Voy a tener en cuenta los libros que nombras. Jejeje
La verdad que no leo mucho pero me doy cuenta de que cuando leo tu blog me dan muchas ganas de salir corriendo a leer alguno de los títulos que nombras. Fuaaaaa lo que generas!
Besos
Carla

Juan R dijo...

Un olvido increible: "La historia interminable" de Michael Ende.
No recuerdo la editorial de mi ejemplar, pero si recuerdo sus tapas blancas y anaranjadas, con Auryn en el centro y sus letras en dos colores, según relataran la "historia" o la "realidad".
Increible la cantidad de veces que lo lei, tantas que lo desencuaderné todo!!

Deberías escribir algo sobre la manía de releer libros, que no sé si sufrís.

Besos

SA! dijo...

¡SIIII!!
"La historia interminable" tenía toda una MÍSTICA...
¿Cuántas veces viajaste a FANTASÍA?, ¡jaja!
Yo lo leí sólo dos veces de la colección de la Biblioteca juvenil que compraba mi mamá. (estaban todos los que ahora son de ALFAGUARA)

SA! dijo...

¡GRACIAS, Carlita!
Voy a pensar algo para recomendarte y te lo llevo cuando nos veamos, así no tenés que salir corriendo...JAJA!!
Te quiero mucho.

Laura Grinsztajn dijo...

Sabry Gracias por dedicar a Lola tu nota. Ella dice que le encanta irse a dormir leyendo Mafalda. no sabe bien porqué !!